Ya arribaron imponentes ejemplares —como cada año— a Isla Pingüino, única colonia de acceso continental frente a la costa de Puerto Deseado, provincia de Santa Cruz, Patagonia Argentina. Se inaugura así la temporada de avistamientos de este fiel representante del destino turístico Puerto Deseado. La temporada para conocer a estos bellos pingüinos se extiende entre octubre y marzo…
Fotos: Ricardo Pérez
Secretaría de Turismo de Puerto Deseado
PUERTO DESEADO (Patagonia Argentina), 21 de Octubre — 2019.- A unos 20 kilómetros al sur de la ciudad magallánica de Puerto Deseado, en la provincia de Santa Cruz, y en plena Patagonia Argentina, se encuentra Isla Pingüino, la colonia con mejor acceso desde el continente que permite la observación de aves, lobos marinos, y del actor principal de esta película: el “Pingüino de Penacho Amarillo”.
Su acceso a la isla se realiza sólo por vía marítima; se trata de un emergente rocoso de origen volcánico que data de hace más de 150 millones de años (período Jurásico).
NATURALEZA Y AVENTURA
La excursión lleva a un paraíso para los amantes de la naturaleza y la aventura, dado que este lugar pertenece al “Parque Interjurisdiccional Marino Isla Pingüino”, que le otorga protección tanto a nivel nacional, como provincial: la vida del pingüino de penacho amarillo está preservada y puede ser contemplado por limitados contingentes de visitante que sin alterar la vida de las especies.
Ello permite una convivencia armónica de las distintas variedades del reino animal, que se pueden hallar en el lugar casi en estado virgen.
MACHOS PREPARAN LOS NIDOS
La primera tanda en arribar son los machos que llegan para preparar los nidos, y un par de semanas después llegan las hembras, con las que conformarán unas 1.200 parejas.
Y para diciembre, se espera que arriben unos 500 ejemplares juveniles. La colonia se ampliará aún más con el nacimiento de los pichones que tendrán los casales que, aunque acostumbran empollar dos huevos, normalmente sólo sobrevive una cría.
SENDERISMO EN LA ISLA
Un detalle que enamora a los visitantes y turistas, es la cercanía que se logra alcanzar durante el avistamiento. En esto ayuda la decisión de que un máximo de dos embarcaciones pueda llegar al lugar al mismo tiempo con turistas, para no invadir ni alterar el entorno natural.
La travesía dura cerca de seis horas en total y si el clima acompaña y hay interesados, sale diariamente. La posibilidad de practicar senderismo por los caminos de piedras de la isla, complementan una oferta de turismo ecológico inigualable.