NERJA: EL PUEBLITO ANDALUZ QUE LLEGA AL MAR Y EL TESORO DE LA CUEVA

Nerja es uno de los pueblitos privilegiados de la Costa del Sol… Además de tener el encanto de las angostas callecitas adoquinadas con casas pintadas de blanco y balcones con flores, en él la montaña llega hasta la orilla del mar, formando acantilados, playas y calas…

 Texto y Fotografías:

Patricia MEDINA GARCÍA

 

El Balcón de Europa, un mirador en el centro de la ciudad, ofrece una vista al infinito, donde el mar se junta con el cielo ratificando la redondez de la Tierra.

Allí está la estatua del rey Alfonso XII, un rey cercano al pueblo, de quien se dice le puso ese nombre durante una visita a la región de Andalucía después del terremoto de 1884, ante su asombro por la belleza de la vista que ofrecía la fortaleza que servía para vigilar la cercanía de enemigos del norte de África.

El paseo peatonal bordeado de palmeras, cafés y restaurantes invita a disfrutar de la hermosa vista saboreando un delicioso helado.

Hay muchas actividades para hacer en Nerja: paseo en barco, kayak o piraguas por los acantilados, buceo, paseo en trencito recorriendo sus angostas callecitas.

Pero, sin duda que el gran tesoro que posee Nerja es la famosa Cueva.
 

LA CUEVA DE NERJA 

Fue descubierta en 1959 por cinco jóvenes de la región. La cueva tiene unos tres kilómetros de los cuales sólo uno está abierto a público. Desde la bajada por los primeros escalones, el espectáculo sobrecoge, las figuras que forman las rocas que hace 30 mil años albergaron a nuestros antepasados de la prehistoria, hace adentrase en su mundo e intentar imaginar cómo vivieron.

Mágicamente iluminada y con un fondo musical que induce a admirarla en silencio escuchando la voz del pasado.

Se han encontrado restos del hombre cromañón y utensilios de la cultura solutrense y se presume que fue habitada hasta hace unos tres mil años.

No es posible calcular con exactitud la antigüedad de la cueva, pero se infiere que son más de cinco millones de años. El agua de lluvia disuelve dióxido de carbono del suelo y se transforma en agua ácida y corrosiva que va ensanchando las grietas, formando construcciones de estalactitas y estalagmitas dando origen a enormes salas, cada una con un nombre de acuerdo a lo que representan: sala del Belén, del Colmillo de Elefante, de la Cascada —tiene 30 metros de altura—, la de los Fantasmas y la del Cataclismo, donde se aprecia una columna de 18 metros de diámetro, y 32 de altura, incluida en el récord de Guinness como la columna más gruesa del mundo.

En las paredes se distinguen pinturas rupestres que podrían ser las representaciones artísticas más antiguas del planeta y que fueron realizadas por los neandertales.

El estudio de sus formaciones rocosas entrega datos sobre el clima y la vegetación de la época de su formación. También permite conocer terremotos acaecidos hace cientos de miles de años y son, asimismo, una herramienta para el estudio del riesgo sísmico.

A la salida del inolvidable paseo por el fondo de la tierra, hay una sala de realidad virtual donde, en 12 minutos, el pasado nos atrapa. Con sillas que giran en 360 grados se puede ver la parte de la cueva no abierta al público, sintiendo el abismo a nuestros pies, contemplando escenas de la formación de la cueva, terremotos, animales prehistóricos y toda la magia imaginable. Sin duda, la Cueva de Nerja es inolvidable.